Sonia Morales nació en Ancash – Yungay – Musho. La primaria lo estudio en su tierra natal, posteriormente viajaría a Lima, donde culminaría sus estudios secundarios. Desde muy pequeña fue la más sobresaliente entre sus compañeros de colegio. Le gustaba cantar, recitar poesías, bailar, entre otras actividades. Dentro de las carencias que tuvo afirma que vivió una buena niñez rodeada de árboles, el canto de los pájaros, ríos, riachuelos y al pie del nevado Huascarán. Su afición por la música inició de muy joven, a los ocho años, entonces paraba pegada a la radio, donde escuchaba canciones de Pastorita Huaracina, Estrellita de Pomabamba, el Picaflor de los Andes, entre otros.
Sus primeros pasos en la música se da gracias a la invitación del muy popular artista de aquel entonces, Eusebio “Chato” Grados, quien la invita a participar en un concurso, donde ocupa el tercer lugar, y gracias a ese logró más adelante formarían parte las Chicas mañaneras. En los años 1994, 1995 y 1996 donde gracias a su talento y su simpatía, Sonia Morales, llega a destacar como la voz más sensual del grupo; en poco tiempo llega a ser una artista bastante conocida en el ambiente artístico. A raíz que popularidad iba creciendo, diferentes medios de comunicación; sea televisivo, radial, prensa escrita, etc. La invitaban a participar en los diferentes programas de espectáculos.
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Mientras gozaba de simpatía y popularidad en el Perú, Sonia Morales, firma un contrato con la empresa de espectáculos “Andina Producciones” de los EE.UU. con quienes realiza una gira internacional en las ciudades de Philadelfia, Miami, Los Angeles, Orlando, Washinton, New York, New Yersy, entre otras ciudades mas; convirtiéndose así en la embajadora de la música Peruana. Al enterarse de todo este acontecimiento, una importante casa DISCOGRAFICA Peruana y promotora de espectáculos “Prodisar” firma un contrato con la cantante para después grabar 3 importantes producciones con 12 canciones; y poco a poco llega a darle más realce y elegancia al folklore Peruano imponiendo su propio estilo y calidad. Además contó, que no todo es color de rosa, en la mejor etapa de su carrera musical, sus cuerdas vocales no le respondían y tuvieron que intervenirla quirúrgicamente. Ella pensó que no iba a volver a cantar, pero afirma que Dios le dio la oportunidad de continuar deleitando al pueblo peruano con su voz.
Sonia Morales considera una bendición haber conocido países del extranjero gracias a su música y cree que su éxito se debe a que sus seguidores se identifican con su historia: una muchacha provinciana que teniendo muy poco logra el éxito. “Cuando llegué por primera vez a Europa pensé que en ese pueblo tan alejado de nuestra patria nadie iba a ir a verme, pero linda fue la sorpresa al saber que muchísima gente se quedó afuera, no podían ingresar al local. Igual nos pasó en Estados Unidos”, refirió.
De otro lado, reafirma que de no haber sido artista, hubiera sido negociante. Dijo también que durante su vejez piensa regresar a Musho y vivir de las paltas y lúcumas que cultiva en sus chacras. Por último, refirió que no ha descartado participar en la política, aunque los escándalos de la corrupción la hayan desanimado de momento.
Actualmente, Sonia Morales, se viene reactivando en la música post pandemia, aunque a la par manejando su restaurant campestre ubicado en Puente Piedra.
